Diaz Valero Alejandro José

Promesa Milenaria (Cuento)

 

-      Señor, entiende, es lo único que te pido

-      Pero si te he dado todo como a los demás

-      Pero mi caso es distinto y tú lo sabes

-      No puedo, en realidad sería un acto de preferencia

-      Nada de esos Señor, sé que eres justo

-      Es difícil para mí parcializarme

-      Pero Señor, te lo suplico, es la única manera de que pueda sobrevivir

-      Está bien, cumpliré tu petición

-      Gracias Señor, sabía que cuando acudieras a tu buen juicio, terminarías dándome la razón

-      Pero para cumplir tu petición debes hacerme una promesa

-      Cual señor, estoy dispuesto a prometer cualquier cosa con tal y accedas a mi petición.

-      ¡ No debes decirlo a nadie!! Ningún animal volador habrá de saber cómo lo haces, pues todos intentarán hacerlo y entonces el espacio se volvería un caos

-      No temas señor, ¡prometido! De mi parte nadie lo sabrá

-      Ya sabes, es una promesa entre los dos, pero ten cuidado, no vaya a ser que un día cualquiera, sin querer abras el pico y sueltes la lengua y todos sepan como conquistaste el espacio aéreo.

-      No temas Señor… Promesa de Colibrí

 

Y así termina la historia, cuando el Creador dotó a los colibríes del don  de volar hacia atrás;  y ellos han cumplido su promesa durante miles de años, y han seguido conquistando los espacios aéreos causando asombro y admiración en todos los seres vivientes de la tierra.

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