Einer Fidel Castaño Villamil

LAGARTIJITA.

Todas las noches

cruza mi puerta,

cual si fuera,

mi amante secreta

y le da la vuelta

a mi habitación

como una vigilante,

que va en sigilo

sin prisa, con paciencia

hasta atacar con sorpresa

y capturar su presa.

 

Yo la contemplo

muy calladamente

para no asustarla

y que me visite

la noche siguiente.