bahamundo

ADOLESCENCIA PERDIDA Y LARGA NOCHE NEGRA.

Una vida, un sentir, trozos te tiempo como rosarios, con decálogos distintos que arden, albores que hacen al ser, en  otoños suelen florecer,  marchitando al atardecer. Soluble materia que mezcla placeres, tajando la vida como los pasteles.

 

ADOLECENCIA  PERDIDA

 

Puericia al frente,

Sentimientos nuevos,

Púbicamente expuestos.

Aflorando chorros de cuarzos mojados,

Idilios flotantes,

Rebeldías sin sentido, de papel ajado.

 

Esclavitud de un sentir nuevo,

Acariciado por manos inquietas,

Sueños distorsionados quedan en velo,

Ruidos que no dejan dormir,

Virginidad ardiente y azarosa,

Cambios que asunta, nuestro porvenir,

 

Vi en mis riveras

La Venus venir,

Goteando cristales que caen del alma,

Corriente en las carnes

Se suele sentir.

Presionando el pecho,

Lagrimas al fin.

 

 

Vestigios de mi ser salían,

De arroyo escondido,

Con calor ardiente y vergüenza presente,

 Libidos encendidos, donde no

Se sienten.

 

Oros jugados, los aros pendientes,

Vocales cambiantes, garganta maldita,

Fricciones que encienden

Las yerbas marchitas,

Palidez de frente, cabeza hacia abajo

Negando miradas, a las lucecitas.

 

Voces, risas, espuma en los labios,

Ilusión  grande de ser tolerado,

Corazones débiles, inmadurez dulcita,

Ojos que brillan, yemas sensibles,

Acné que asoma, vergüenza maldita.

 

Pasaron los tiempos

Yo nada sabía,

 Virginidad de espanto desapareció,

Adultez llagaba, nada se pulió,

Viendo realidades fue que descubrí,

Mi eslabón perdido.

 

 

 

 

 

LARGA NOCHE NEGRA

 

El techo estaba sin luces,

La luna tampoco alumbraba,

Mucho tiempo estuve ciego,

No sé donde me encontraba.

 

Las hadas me daban fuego,

Y yo, no sabía querer,

Hacia el amor a oscuras,

Solo por tener placer

 

Mi amanecer nuca estaba.

El horizonte, no se dejaba ver,

Todo me importaba nada,

Lo importante era libar.

 

La noche era siempre negra,

Ninguna estrella brillaba,

Al sol no lo conocía,

Era linterna apagada.

 

Los espantos no asustaban

Ni calaveras veía,

Todo  lo miraba negro,

Aunque estuviera de día.

 

Mi vida era una bola negra,

Que yo nunca conocí,

El amor era un ensayo

Que yo, jamás entendí.

 

La tierra era toda plana,

Curvas…  yo no le veía,

Los caminos sin espinas,

O tal vez, no la sentía.

 

Los bares de lujuria fina,

Siempre fueron compañía,

Las hadas negras gemían,

Siempre  desnudas venían.

 

No sabía quién era yo,

 Tampoco a nadie entendía,

Los artistas con  tambores

Entonaban melodías,

Que amenizaban el rato…

Donde yo, no me veía.

 

Los carros no tenían luces,

Los perros nunca comían,

Mi barriga  era de hule….

Yo nunca hambre sentía.

 

Yo no esperaba la aurora,

Es más… no la conocía,

Yo siempre miraba negro,

Lo que alrededor tenía.

 

Las perlas me acariciaban

Y yo… ni rabia sentía,

De meretrices en camas,

Solo las sombras veía.

 

Así fue mi noche negra,

Hasta que el sentir llegó,

Encendió mis dos linternas

Y la luz apareció.

 

A partir de ese momento

Conocí al hombre que soy

 Empecé a luchar contento

Hasta el momento de hoy.