LEONARDO HENRRICY

AL RECORDAR A MI BARRIO (en la Parada 21 en Santurce, Puerto Rico)

 

En este instante en que te pienso...vida

como el correr de olas en un mar travieso,

no sé si bailar con las horas deshechas por el tiempo

o cantar con los minutos de mi futuro incierto.

 

Plantado aquí...en los confines del ahora

que con sazón me deleita con dulcísima ternura,

quisiera retornar por los senderos de escarchas

amarrados al sutil encanto de ayeres vestidos de nieblas conmovida.

 

Solo sé que al recordaar la historia

con que se bañan las hojas secas de mi pasado acento,

un toque de nostalgia recorre por los azules sueños de mi infancia

como queriendo comulgar con la añoranza

y perpetuarse quedo en un suspiro eterno.

 

Allí...donde quedaron por siempre embalsamados

los recuerdos de mi niñez y adolecente empeño,

quiero vivir una y otra vez

rasgando la alegría que se enredó en mis pasos,

el éxtasis sonoro de mi anterior contento.

 

Mi escuela... que pulsa con el vibrar de la juventud perenme,

las calles teñidas con gritos de eternidad,

la gente...con su jovial entrega

y la sincera pasión de dar las cosas más sencillas

con la visión de grandeza ahí en sus rostros.

 

La música...sublimizada en el corazón del tiempo,

latiendo con pulsaciones de ensueños y alegrías

revive cual destellos,... las aguas exaltadas en el cuerpo del viento

que sopla lisonjero en mi mente entristecida.

 

Los infantiles juegos que bordamos

tan blancos como copos de nieves en la hierba,

se recrean insistentes en el espacio que surca el deseo

de ser niño nuevamente.

 

Del amigo que tendió su mano

y soñó a mi lado las fantasías teñidas de blancas realidades.

Ese...queda en el lienzo pintado por la luna

como imagen pura de amor sobre todas las verdades.

 

Recordar toda la ternura desatada en la locura de Farruca y Pucha.

Juan Vaca vestido de \"cuco\" como eterna amenaza

al niño que no entiende.

La maestra Eloisa, Cortijo y su Combo, Silvia Rexach,

Carmen Belén Richardson, Plácido Acevedo y Victor Santos

personifican en su realidad

el arte que fluía en el aire sonoro de la alegría.

Don Braulio, Don Pedro, Amelia, Pablo Colón y Doña Amancia

comercian con sus risas cadenciosas

la entrega del pan de cada día por las riberas del tiempo.

El Callejón del Indio, el Rabo del Buey, el Tibiri Tabara y la Habana Madrid

aún guardan con premura incesante

los pasos que alegran y vivieron cada palmo de un bullir constante.

 

Un mundo de ensoñación se deleita pleno

en las alas del recuerdo.

 

Y vuela el alma en pos de las cosas que aún no muestran su rostro

para amarrarse perpetua...en la espera de tocarlas.

 

Todo es un jardín de amor indescifrable

que adorna el fluir del inmovible estanque.

Es el arcoiris que refugia a mi barrio

en el solemne instante de lo inolvidable.

 

Sé...que al volver con mi cansado paso

a refrescar las aguas que secaron mi llanto en la espesura,

atesorar quisiera las horas que brillaron en mis manos

aunque se pierdan cual fantasmas en la bruma.

 

Las olas del recuerdo se recogen como sombras,

aleteando fieras contra el rugiente olvido.

Podrán acaso deshojar las ramas

del árbol que en mi pecho siembra ecos de vida?

 

 LEO HENRY

(LEONARDO HENRRICY SANTIAGO)