Freddy Duque

Mientras el viento me roba una lágrima

“Cuántas veces no hay en que estamos presos de alguien. Viviendo a su lado, y muriendo de soledad al mismo tiempo. Compartiendo tan sólo un recuerdo”.

 

 

Transcurren días solitarios

en la vida

de quien te quiso.

 

En su cabeza

navegan intactos los recuerdos

de tu niñez.

 

En el viento

aún se perciben

las blancas manos

que lo abrazaron.

 

Sí, eran las tuyas,

pequeño amor soñado.

 

De ti él espera

la fantasía en las noches,

el beso en las mañanas,

el llanto en su regazo,

la risa que nace en tu mirada.

 

¡Míralo!. Está ahí

postrado ante la tumba

que sembraste

el día que con tu mirada

le dijiste que no lo amabas.

 

Se pasan tardes desoladas

en este pueblo,

sin tu compañía.

 

Con tus sueños

clavados en el ocaso,

él sólo añora

convertir sus sueños

en palomas,

para que vuelen hasta los tuyos.

 

Pero se ha propuesto una tarea.

 

Llegar a casa,

mirarte mientras comes,

piensas ó sueñas,

y marcharse

para seguir soñando

que un día

fue suyo tu aliento.

 

El está muriendo;

en su agonía

repasa la historia,

mientras el viento le roba una lágrima.