gaston campano

Venezolana

El chocolate de tu piel

se ha de entibiar en mis manos

el café de tu mirada

se tempera junto a la mía.

Tú y yo nos embriagamos

con el vino de la vida.

Siendo yo un chilote tú

descendiente Bolivar

como un sol expendoroso,

y mi antártica dormida,

tu selva del orinoco,

con mi desierto florido.

Nos llevan en su paisaje

como pájaros a su nido.

Volaste desde el norte

a este sur perferido

con tu aroma de café

a juntarse con mi vino.