gerardo villalobos

Décima de la Despedida

No me pidas que te olvide

Ya tengo con la agonía

De que nunca serás mía

Mi bello amor imposible

Porque se que es preferible

Decantarte en el recuerdo

Que emigrar al firmamento

Del vacío de tu imagen

Donde mi corazón arde

Como llama en el desierto

 

Tú te vas y me abandonas

No te culpo, te conviene

Y yo me vuelvo al pesebre

Donde reposo a deshoras

Y que lejana! es la aurora

Donde la oscura rutina

Es la pira que ilumina

La estepa de mis desvelos.

Como ave de errante vuelo

Como muerto que camina

 

Tu delicada apariencia

Deja aroma de silencio

Tu juventud el proverbio

De mi callada sentencia

Y cuando la providencia

Termine por extraviar

De mi paisaje, el oval

De tus parpados chinescos

Es, muñeca de ojos bellos

Cuando más te voy a amar

 

Adiós por última vez

Ven abrázame y bésame

Por la vez última, déjame

Sentir tu boca de miel

Tocar tu lozana piel

Enredarme en tus cabellos

Y nadar en tu moreno

Cuerpo color de arena

Como si fueras la dueña

Y señora de mis versos

 

 Pobre de mí al despertar

Cuando se aviven mis ojos

Y comprueben el abrojo

De saber que ya no estás

Que si llegas a escuchar

Un tenue y vago rumor

Que te recuerde mi voz

No es que esté muerto, ni vivo

Ni despierto, ni dormido

Sino sangrando de amor

 

 

Gerardo Villalobos