enloga

BELDAD

He intentado callar en mis ojos;

beldad, protagonista de mis días,

bella… artífice de esta existencia,

dulce rosa recién cortada.

 

He quedado tan prendado en ti,

olvidando el campo lúgubre

de la atmósfera, bella…

hurgado en los claustros moros de la monotonía.

 

Eres como el amanecer,

tibia voz risueña,

sublime paradigma de encanto,

bella… de agudo rostro foráneo.

 

Inconmensurable ser subyugador,

sólo Dios sabe cuántas noches

he vivido tu ausencia,

abrazando tu recuerdo ya suscrito.

 

 Aquel recuerdo me sostiene a la vida,

senil ante tu candor,

el pensar en ti,

 es una sensación tan placentera.

 

¿Quién es ella?

tan callada dice tanto;

ojos profundos, bella…

las palabras quedan cortas.

 

Espero en aquel día ludir esta piel,

en lumbreras de ensueño,

¡súcubo o santidad¡

de súbito pesar,

subsistencia insufrible.

 

Días postreros de lucidez,

bella… te pareces tanto a la palabra amor.