Eugenio Sánchez

MARINERA

Danza criolla que lates en guitarra y en cajón,

elevándote  en la voz de  trompeta y de  tambor;

soberbia y jacarandosa alma vida y corazón.

Las parejas en la pista con  muy finos  coqueteos,

él imitando al torero, o a un caballo de paso,

al gallo que con el ala enamora a la gallina.

Con  lindo poncho y  sombrero, varonil y  seductor

y con pícara sonrisa la colma de mil detalles. 

 

Ella fina y seductora, de belleza sin igual,

elegante y orgullosa, irresistible y coqueta;

mas, la rosa en su cabello resplandece primorosa. 

Se aproximan  boca a boca como si naciera un beso

y luego con gran donaire se apartan en media vuelta. 

Varón y hembra dan piruetas al ritmo de la canción

y los músicos derrochan lo mejor del repertorio; 

las trompetas al unísono van cantando marinera. 

Taco y punta, taco y  punta, vuelan alto los pañuelos,

la falda cual abanico  abre sus pliegues de seda

y en la pista la pareja va pintando  un  corazón 

con colores rojo y blanco de mi bandera peruana

que está convertida en danza saltarina y picaresca

baile vivaz,  saleroso,  fusión de rocío y flor,

rayito  de sol naciente que se retrata en  el mar.

Nieta de África y España,  prima de la zamacueca

y hermana del vals peruano de la polca y el tondero

y del huayno lastimero, que se   refugió  en los andes.

 

Esta es mi  marinera sabrosa como la  miel,

es la danza más hermosa  como flor en primavera.

 

 

Eugenio Sánchez