bahamundo

SOLEDAD

Solo no soy, solo no existo, solo soy la nada, a veces me gusta estar solo, cuando no me siento te busco, cuando te encuentro vuelvo a querer estar solo. Te quiero pero no te quiero.

 

SOLEDAD

 

Dualidad de sentimientos puros,

Cuando no te tengo te extraño,

Cuando  estás me desesperas,

Eres como el duende que asoma,

Vuela y aparece entre velas,

Cual paloma que llega a la casona.

 

Eres sombra y  luz de mi existencia,

Farol que cuelgas de mi alma,

Capullito de rosas blancas y negras,

Soledad que me hace temblar si es,

Compañera de segundos silenciosos,

Viola los resquicios cuál rayo invisible.

 

Si mis ojos van al cielo no te veo,

Si apuntan a la tierra no estás,

Solo te veo cuando los cierro,

Porque el idilio se ausentó de mi están,

Te refractas en los momentos tristes,

Como ríos que al mar desembocan.

 

Siempre estas lista en el umbral,

Vigilando mí pecho vacio,

Como flecha que indica el camino,

Para apagar la luz y llamar el estío,

Pincelas de negro el olvido,

Con cuitas que borran cariños.

 

 

Eres invisible materia impía,

Llenas siempre todo los vacios,

Que dejan amores perdidos,

Con alientos cayéndose al piso,

Eres roció frio que cae en el yelmo,

De dorados que yacen tendidos,

 

Haces parte de la nube gris,

Que cubre el invierno desde el zenit,

Pariendo dolores en el los corazones.

  Que miran en el viento  aquel suvenir,

  Rosando mi dermis con tal desazón,

En noches eternas sin poder reír.

 

Cuando te ocultas detrás del diván,

Por la puerta grande las rosas se han ido,

Eres inefable inmensa y total,

Arrugas el alma y le quita el sentido,

Aprestas  el pecho soltando gemidos,

Manchando los cuarzos de luz en olvido.

 

Eres mar de inmenso sonido,

Olas que van a playas de frio,

Su azul en negro conviertes,

A los arrecifes que tengo en mi nido,

Cortando las algas de bellos colores,

Dejando paisajes bien descoloridos.

 

Eres sol que alumbra de noche,

Cual fantasma que hace creer,

Que las rosas se siembran en rocas,

Y los besos no pueden volver,

A tocar los labios  resecos verdosos,

De seres que pueden querer.

 

Los vacios  de perfumes finos,

Tú los ocupas dejando de oler,

Mi aura no puede olvidar,

Los vestigios de mantos de azahar,

De seres que vuelan danzando,

Cual paloma que vuela al palmar.

 

Si te empeñas en ser mi sentido,

Y me cubre tu manto  pa’ siempre,

Apagaras  mi farol concubino,

Llenaras mi espacio de olvido,

Y tendrás como el éter inerte,

Que viajar por que yo ya me he ido.

 

Si te alejas de mí para siempre,

Los jardines de mieles amantes,

Verterán colores de encanto,

Sellaran las  hendijas entrantes,

Para que no entre de nuevo el espanto,

Y se adueñe el amor para siempre.

 

No quiero volverte a encontrar.

En caminos de rocas ardientes,

Prefiero encontrar las serpientes,

Que dan la manzana prohibida,

Pasar mi vida en limbos ardiente,

Y comer la comida prohibida.