ALVARO J. MARQUEZ

SOL Y LUNA

"Cerré mis ojos para pensarte/ y abrí los del alma para verte,/ esa visión fue buena para amarte,/ nunca lo fue para perderte".


¿Por qué sale el sol cada mañana? Me pregunto,
lo veo siempre por allá, brillando en aquel punto
y creo que para mi pregunta tengo la respuesta.
Su puntualidad para salir por ese lugar es tanta
y noto que el sol cada mañana justo se levanta
cuando la luna cansada de esperar se acuesta.

El sol trae su luz en cada amanecer para ella,
aunque ya en sí misma refleja esa luz tan bella,
pero siempre huye a la hora en que el sol llega.
La luna llena en su belleza plena se desborda,
para las palabras del sol parece que es sorda
y para verlo llegar brillando al parecer, es ciega.

Están ambos en el espacio, tan cerca y tan lejos,
podrían hasta tocar sus manos usando los reflejos
y a la luna por algúna razón, no parece interesarle.
La veo pasar cada noche esbozando su sonrisa
y el sol ya saliendo al amanecer con cierta prisa,
tratando con tristeza inútilmente de alcanzarle.

Aunque la luna cada noche nos deja su esencia,
me es muy difícil entender su gran indiferencia,
nunca espera al sol al menos para decirle “hola”.
No sé, tal vez sea que en el espacio tienen su ley
y que ella aún pudiendo quedarse con el astro rey,
por algún motivo que ignoro prefirió quedarse sola.

Sabes que hablo de ti y que estoy hablando de mí,
de ti porque tal como a una luna un día te conocí,
salías cada noche y brillabas en la noche solitaria,
con tus fases hermosas que hoy me estremecen.
¿Ves?, ambos brillan en el cielo, en algo se parecen,
pero la diferencia entre los dos es extraordinaria.

Tal vez haya sido ése el problema que nos separó,
que mi brillo para ti fue tan fuerte que te deslumbró
y te molestaba que tu luz era sólo un reflejo de la mía.
Sentí casi siempre en tu voz algúna clase de reproche,
porque nunca lograbas tener a lo largo de cada noche
la luz radiante que yo te ofrecí muy generoso cada día.

Te digo que no vale la pena darte mala vida por esto,
si hay algo que en esta historia yo realmente detesto
es que no valores todo lo que he hecho por amarte...
Para todo esto te aconsejo que tengas resignación,
porque la luz que les llegará a tu alma y a tu corazón
aunque tú no quieras, la vas a recibir de mi parte.