Espontáneamente, ahora que no sé cómo olvidarte,
me doy cuenta que no quiero y no pienso desafiarme.
Simultáneamente, ahora, al deseo de acompañarte,
siento un soplo que me quema en el pecho de esta tarde.
Momentáneamente, ahora, que te extraño como antes,
descubrí que, sobre todo, sueño un mundo para amarte.
Desmedidamente, ahora, quiere mi alma remontarse
a tu búsqueda y, te imploro, le permitas encontrarte.
Apresuradamente, ahora, me encantaría divisarte,
más que en mi mente, perdona, pero ahí no puedo besarte.
Amorosamente, ahora, soy dos manos de tu arte;
soy un cuerpo que te implora que vengas a rescatarle...
Muy probablemente, ahora, tenga ganas de abrazarte
y completamente, ahora, te amo; casi sin fijarme
en que todo lo que hago es sentirte y esperarte.