Kabalcanty

ELLAS, LA MUSA

ELLAS,  LA MUSA

 

 

 

En el cuenco de mi mano

te volveré a dar alimento

que te ensalce prepotente,

majestuosa, dueña de desvaríos

que te evoquen sibilina

desde donde yo no esté.

Marcaré la hoja de un nenúfar,

la prenderé al mar del estanque

y hollaré, como loco empedernido,

el sendero hacia las aceras

para dejarte avisos, besos,

hojas blancas sin tacha

que te musiten mi nido.

Soplaré quejumbrosas tempestades

sobre portones de alcantarilla,

sobre ácidos devenires fecales,

para que cuando tornes rastrera,

al trote de la iracundia,

reconozcas entero mi hálito.

No cejaré ante en engaño:

tus siluetas de formas romas,

desdentadas, vacuas, inaprensibles,

festoneadas de dudas,

alquiladas a la distancia..................

Acaso me disfrace de otro,

no tan gastado, más inocente,

al hombro, un saco de celulosa,

y en el cuenco de mi mano

te volveré a dar alimento.