Romanticologo

LAS ALAS DE UN ÁNGEL. (DESPEDIDA EN LA VISITA A UN SUEÑO)

No me llores. Me he ido, pero te enseñé todo lo que debías aprender de mí. Estoy agradecido pues tú me regalaste la alegría de sentirme un padre nuevamente cuando abriste los ojos por primera vez. Sé que mi partida ha dejado un vacío en cada corazón que me amaba, pero las remembranzas de mis momentos deben llenarlos pues yo sigo ahí con ustedes, porque quiero que mi recuerdo haga nacer una sonrisa, no un brote de lágrima en los ojos.

 

 Viví las mejores décadas de mi existencia cuando armé esa  pequeña familia que hoy se ha vuelto más  grande, y tengo la satisfacción de haberles dejado un legado de humildad y sencillez. Mi alma descansa en paz, y debo confesarte que disfruto el paraíso. Mira las alas que han nacido en la espalda.

 

 Sé que quieres que te abrace para llevarte a dar un paseo sobre las nubes que danzan por el firmamento… pero no puedo regalarte eso, debo volver sobre las estrellas que es ahí dónde pertenezco ahora, solo estoy de paso para explicarte el por qué no debes llorarme, porque debes saber que cuidaré de ti y de mi familia por siempre, porque los amo a todos.

 

Ya no llores, tenlo por seguro que nos volveremos a encontrar, pero no en estos momentos, el destino tiene guardado grandes misterios para ti, y eres tu quién debe resolverlos. Cuando te sientas solo mira al cielo a las estrellas que yo estaré allí. Vive tu vida plenamente, cásate, ten muchos hijos y cuéntales quién fui yo. Hazme sentir recordado, cuenta mis historias.