*ETERNIDAD*
Quien duda de que el hombre es una copia exacta de la imagen de Dios
él podrá entrar en el reino del padre que vale para gozar eternamente,
por esta obra perfecta del creador somos inmortales como el Universo
que palpita sin rumbo aparente entre la misteriosa materia de lo negro.
*INFINITUD*
Lo más dinámico y poderoso sirve al hombre para admirar la grandeza
que le envuelve por tener el mismo destino que el regente del Paraíso,
si su comportamiento en esa Tierra que habita es leal y misericordioso
para la misma especie que engendró la divinidad suprema del Cosmos.
*DECLAMAR*
La compasión del hombre es la misma que la de la Suprema Eternidad
en ninguna cruzada del trauma del hacer humano se ve la misericordia,
en donde estaba el Supremo creador de la vida y de la muerte material
donde el hijo del superior se disgregaba en ofensivas inútiles y crueles.
*DESAFIAR*
Si soy un hijo de la crueldad que emana del caos eterno que nos rodea
me veo forzado en la corta existencia en la Tierra a dudar de mi mismo,
ser arte y parte del todo y del nada que yo pueda tocar con mis manos
ralentizaré con los años de vida la sabiduría eterna que el artista me da.
*ENTENDER*
Porque, si soy arte y parte del todo, no puedo crear otra efigie humana
modelando el barro que deja el agua dócil y parda en la lluvia en otoño,
para crear ese ser perfecto que no ensarte al vecino que vive a su lado
dejando esta Tierra plena de la hermosura que cantan los poetas sin fe.
*SOLUCIÓN*
Autor:
Críspulo Cortés Cortés
El Hombre de la Rosa
30 de enero del 2012