Te he visto tantas veces,mujer sin nombre...
tantas veces en tantos dias,
tantas veces en todas estas
tranquilas tardes.
Te he visto caminar piel a piel
con ese vestido de lodo
envuelto en nada y miseria.
Te asusta tú propia vanidad
y la sombra de descubrirte
envenenada en mentiras y odio.
Tú, sin embargo, eres
la lujuria de todos mis pecados...
la sombra fiel de todo lo que me exita.
Niña, si vieras cómo deseo
tú cuerpo desnudo entre mis sábanas,
como ansío tocar tú piel con mis labios
y hacer que tú miel fluya
hacia los secretos de la alcoba.
Te he visto pasar tantas veces,
en tantas noches desoladas,
desmontando cada espacio de mis órganos.
Si tú supieras...
si conocieras lo que marca mi alma
en esos instantes,
oh niña, mi niña...
mi desierto eres tú,
las noches de insomnio,
ese día azul,
ese momento que colapsas
para arruinarlo todo.
Tú y yo algun día seremos
miel y hiel...
sueño y lodo.