damademar

Insomne

A veces se necesita tan solo un instante

 o un absurdo pretexto

como una noche de insomnio

 o una puerta abierta

o el chirrido de algún grillo

 para entonces abrir las compuertas

 de este río sediento de tierras con flores

 de peces cantores o de soles y lunas danzando

 

y es que las noches de sueños despiertos saben a tristeza

 y quizá sería preferible dormir y no agotar el cuerpo

 y alguno que otro pensamiento con alebrijes sombríos

 y es que las puertas abiertas dan paso a  una voz que no llega

y que no es su voz ni la sinfonía de sus manos

ni el preludio de sus labios

 son solo ecos de madrugadas

que azoradas por los silencios

se transfiguran en su silueta

transparente

casi fantasmal 

y es que los grillos bajo la cama

no son cantores de serenatas

son voces rasgadas de algún bandido huyendo

 uno amigo del tiempo o del norte o del sur

 que usurpa esperanzas y se lleva la luna

 el queso y el ratón y no deja nada para el alma hambrienta

 

 es por eso que la lengua vacía de palabras de miel

 calla cuando tropieza con otra boca

 y los labios se dan cuenta que se necesitan

 para ahogar la ansiedad de un te quiero

 

y el  rio casi seco

 repleto de  desvelos y de  mañanas de luna

 busca flores de piel aterciopelada

de esas que den alergia al destierro

 y corrompan las nostalgias

 y en sus  aguas dulces y  saladas

llama a los  peces

de esos que nadan contra corriente

 y sobreviven.

En algunas madrugadas

 como ésta

  entre el minuto insomne y la incoherente realidad

 caen de entre los dedos de agua

pequeñas gotas de cristal

 

¡Que no se rompan!

Es necesario

 Sobrevivir