Proust

La impaciencia del corazón

Mi vida fue mucho tiempo una espera,

su sentir era cierto pero, conmigo no era,

el tiempo pasaba y sin ella seguía,

un único amor que cada día partía.

 

Noches de soledad y lágrimas imaginando,

vida ajena en otro lugar, otra morada,

y llego la impaciencia del corazón,

que con fuertes golpes dió paso a la razón.

 

Y esta actuó sin mesura, ¿Adios amor, adios tortura?

marchó la pasión, llegó la paz, también la ternura,

perdí mi gran sueño, mi aventura, mi mejor locura,

ahora en paz, muerto, ¿De que sirvió tanta cordura?

 

Descubrir que mi mejor vida fue esa espera,

que daría todo por seguir en ella,

por volver a vivir aquel dolor, la amargura,

en una vida que sin ella se volvió oscura.