FELINA

¡DESPERTAR!

Corre el río cristalino

y a la vera del camino,

crecen nardos, crecen lirios,

igual crece el cariño

que te tengo amado mío.

Corre el agua cristalina,

se va llevando mis penas

y en las riberas del río

florecen las azucenas.

Rio, canto, bailo

y salto de piedra en piedra,

tropezando con las hiedras,

con algas, con caracoles,

con peces multicolores,

con un enjambre de olores

que se esparcen en la atmósfera,

dejando todo impregnado

con fragancia de primavera.

Y allí donde crece la hiedra,

unos ojos me están observando,

son los ojos de mi amado

que con ternura me están mirando…

Esos ojos tan divinos…

dos luceros ambarinos

que en mi ser están rielando,

despertando aquí en mí pecho

un amor adormecido,

que se arraigó en el alma

como mirto anochecido,

para trinar al alba,

cual pájaro en su nido.

Felina.