magginela

Enamorado anĂ³nimo

No sé qué hacer;
Estoy en mi casa, solo,
Pensando en ti, imaginándote

Imaginándote con un hermoso vestido blanco
Que resalte tu piel sonrosada por la alegría
Tu sonrisa radiante, tus ojos brillando

Te escucho diciendo: "¡Estoy tan nerviosa!"
Y a mí respondiéndote que todo saldrá bien
Que estás más bella que nunca
Y que confíes en tu fuerza, que saldrás adelante

Pero no estoy ahí
Estoy aquí, con la cabeza entre las manos
Imaginándote, sin verte, sin tenerte a mi lado
Abstraído en mis fantasías irreales

Porque ahora te imagino caminando hacia al altar
Radiante, chispeando de felicidad
Caminando al compás de la marcha nupcial del brazo de tu padre

Pero lo curioso es que no te veo desde mi lugar en las bancas
Te veo venir hacia mí, hacia donde yo vestiría de terno
Con mis dedos moviéndose nerviosamente, ansioso
Para que, llegando al altar, nos unamos en sagrado matrimonio

Pero no estoy ahí
Estoy aquí, con la cabeza entre las manos
Imaginándote, sin verte, sin tenerte a mi lado
Abstraído en mis fantasías irreales

Debes estar pensando que soy el peor mejor amigo del mundo
Pero es que no sabes cuánto dolor me provoca el verte así
A punto de comenzar una nueva vida junto a él

¡No entiendes! ¡No comprendes! ¡No sabes!
Y jamás lo sabrás, obviamente
Prefiero que tú misma te hagas una opinión de mí
A que te enteres de este corazón sufriente dentro de mí

Y tal vez muera poco tiempo después
Y las noticias intrascendentes no te lleguen
Porque este enamorado anónimo ha firmado su testamento
Y mi corazón ha derramado ya su última lágrima de sangre