Septiembre es un mes como cualquier otro, pero no para mi...porque mi alma y mi aliento se fugaron de mi ser. ¿Adonde quedaron mis ganas de vivir?, cuando ya no queda motivo por el cual seguir luchando. Perdí el tesoro más preciado de mi vida, se me escurrió como agua entre las manos... y ahora el abrigo de este cruel invierno es la soledad. Por las noches me pongo melancólico, mis manos danzan al compás de la poesía, mientras mis lágrimas caen sobre el papel. Apreciando el fulgor de tu belleza, contemplo tu imagen y me inspiro, recordándote siempre como la más bella entre las bellas. Dulce flor de primavera, que me embriagas en tu aroma y me pierdes en tus ojos, ¿porqué me has abandonado?. Miro el calendario y cuatro meses ya han pasado desde que te he perdido, y me aflijo en pleno silencio mientras agonizo. Este puñal que el destino me ha clavado, se ha enterrado en lo profundo de mi alma, la cual suplica ser liberada de su eterna tortura. Me quedan pocas fuerzas para seguir insistiendo por ti, a que regreses a mi lado y escuches la voz que fluye de mi con absoluta verdad. Te extraño vida mía, corazón de mi corazón, alma de mi alma, estrella de mi galaxia, rosa de mi jardín. No permitas que este dolor que siento crezca cada día, porque dios me está prestando tiempo, y el mismo ya se está acabando. Si he de resignarme, quedarás grabada siempre en mi ser, te llevaré en mis pensamientos noche y día por los siglos de los siglos. Y no bastará la muerte para dilapidar el profundo e intenso amor que siento por ti, mi vida, porque desde el más allá escucharé tu voz. Y tus lágrimas sobre mi tumba, y te acariciare el rostro suavemente aunque no puedas sentirme, estaré siempre a tu lado porque yo... TE AMO.