Isaac Amenemope

CAZADOR DE CORAZONES

Dolor y placer, arco y flecha concedidos

para internarse seguro en los bosques neurales.

Piedra y honda primitivos,

para recorrer el melindroso atajo 

que bordea enteramente montañas, mares corporales.

 

Arco y flecha en los que de verdad

 han de pulsarse los principios de la fuerza,

con los que se remontan las entrañas,

derribando el corzo de la debilidad,

y suprimiendo la piel de todo cuanto engaña.

 


Piedra y honda con las que se tumban del cielo sensaciones,

con las que se ganan una y mil batallas.


Arquero, cazador de corazones

da en el blanco,

vuelve a intentarlo, no te vayas.

Que de nada sirve un corazón cerrado, 

sin saltos, sin emociones. 

Que es la herida la que arde,

y la pasión cuanto enciende en llamas.