marcquez

A la que vos sabéis (tercera de cinco)

 

A la que vos sabéis

de una tarde sin dormir que la pensé

 

 

 

III

Las vanas estrellas de carne,

la tersa silueta al espejo,

los cara de imbécil que atraen

tu vista esmeralda un momento,

y yo en la mitad que no vale,

de lo uno y de lo otro en el medio:

la hoja a tu paso que cae,

el pobre relleno de un cuento,

la bola tirada de estambre

de un gato que huyó por el techo;

y estoy tan seguro que sabes

yo cómo me pierdo en tu vuelo,

que arrojo la vista en la tarde,

y dejo que escriba el deseo.

 

Marco Quezada