Vuelo cuando la brisa te reclama, como los oréganos extraviados de sus tierras y sus inquietas fantasías, hasta las estrellas tienen sabor a ti, las nubes rocían con sus sales la delicia que te trajea, que te viste como las pimientas negras a los mares profundos. Vuelo, me traslado como las semillas y sus fragancias, en los aromas de las flores, en los jardines de tu piel exacta de raíces incandescentes. Vuelo como las aves y sus instintos, ¡eso eres mujer, mi instinto! Vuelo en tu perfume indescifrado, en las veredas que el viento oculta y la noche atesora. Vuelo, vuelo con los pies anclados, con mis dedos sumergidos, mientras la tierra me ata con su celoso imán, vuelo, porque me hallo en las cosas que ocupan mi lugar y te rodean, como los aromas de una primavera de rosas perpetuas, vuelo.
LRL
11-1-2012