Ayeres

Un 25 de Diciembre

A veces solía y suelo caminar
sobre nuestras huellas.

Descalza, acariciaba el
dulce mar,
las gaviotas se sumergían
en la tinta de mis letras
cazando peces de antiguos colores.

Y un poema con su joven corazón, se asomó en
el viento
un 25 de diciembre como no recordarlo:

He besado en mi vida
en diferentes estilos
pero de ese labio destila
pasión, dolor y delirios.

Y así, con los recuerdos hervidos emprendí el latido
los dividí por caminos:

Y llamé a mi casa fantasía,
A las criaturas que
rondan mi frente, duendes.
A la soledad, espina durmiente
y a la honestidad del alma
la llamé poesía!


Un 25 de diciembre de
melancolías!

Akllar