pfleta

Una rosa y un poema

 

 

Tan solo una rosa solitaria y roja,

tan solo una, despuntando en el rosal.

La miro y ella, esbelta, me sonríe,

queriendo evitar, tal vez, lo inevitable.

Dudo un instante..., pero lo hago;

no se queja, la cojo poco a poco,

la mimo lentamente, suavemente;

la acaricio con el olfato y con la vista.

 

Ella sabe que tiene un destino lejano,

que quizás llegará marchita y triste.

Con tacto, la tomo y la adentro al poema:

la cabeza al primer verso, el tallo en columna,

las hojas abrazando los verdes versos,

sin espinas para no herir las palabras.

 

En la última estrofa coloco una fuente fresca

con palabras empapadas de estima y amor

para que el tallo beba y alimente la flor.

La rosa, formando ya parte del poema,

emite, agradecida, su sutil fragancia

nutriendo palabras, versos y personas.

 

Cojo el poema ya transformado, y lo envío

en sobre cerrado y en el pico de una paloma,

y te hago llegar mi estima a la vista de todos.

Tan solo un poema, con una rosa y un destino.

 

20 de abril de 2008

Pau Fleta