ANEUDIS PEREZ

EN LO PROFUNDO DEL MAR (lean este exquisito y fino poema)

EN LO PROFUNDO DEL MAR

 

Hoy me sumerjo en el mar, en fantasía…

en sueños de colores burbujeantes,

en cielos de algas y de lilas frías,

en arenas de cuerpo electrizante.

 

Mis brazos como aletas se deslizan

entre la sal inhóspita que besa,

mis tristes arrecifes carcomidos

por la sal-iva de sus labios fresa.

 

Mis ojos de cristal, ojos de ámbar/

encierran en su iris los momentos,

en donde nadan peces pasajeros

convertidos en peces del recuerdo.

 

A mi paso un carnaval desfila,

una florida fauna cual me pone

a ver la vida bella y divertida,

llena de luz, repleta de ilusiones.

 

Me saluda un gigante, un manatí…

con sus manos humanas –me hace así-

su rostro hecho de años, su cara con bigotes,

ya un anciano, feliz hace piruetas a mi lado.

 

Y un león marino nada sumergido…

tanto en la tierra como en mar profundo,

haciéndome mil muecas y malabares,

aplaudiendo feliz, va  por el mundo.

 

Almejas que se cierran y se abren,

con perlas que colgadas a su cuello,

la convierten en algo codiciable…

en alimento, en plata o en atuendo

 

Corales de arco-iris algadonados

en formas diferentes y contexturas,

abanicos abiertos soplando aguas,

esqueletos gigantes de ternura.

 

Anguilas al acecho como estatuas,

esperando irradiar el mar de azul,

y como cuerpo conductor… ellas emiten,

al defenderse, rayitos de luz.

 

Langostas grandes como extraterrestres

siempre explorando en la profundidad,

parecen alacranes sobre arena

de piélagos marinos y de sal.

 

Erizos de colores transitando

en suelos de alquitranes rocallosos,

desinflando vejigas con sus puyas,

pegados como cardos en las rocas.

 

Focas con sus familias al sol de mayo

en playas doradísimas de amor,

peleándose entre ellas juguetonas,

defendiendo su tierra con valor.

 

Las orcas asesinas submarinas,

ballenas sabias, preparadas a matar,

se mueven por radar con los sentidos,

detectando su presa, su manjar.

 

Estrellitas de mar, hechas de huesos/

colgadas en inmenso mar azul,

adornándolo a él, como si fuera el cielo,

titilando tranquilas, en corales de luz.

 

Pulpos camuflajeados en secreto,

tiñendo con su tinta el espacio muerto,

abrazados se aferran a su suelo,

con brazos rama, atrapando aliento.

 

Todo aquí en lo profundo, ha de inspirarme tanto…

hay plantas que se extienden a la par,

bosques hundidos, barcos perdidos,

cordilleras de caminos al pasar.

 

Tesoros de corsarios y piratas,

navíos, busques, submarinos y algo más…

misiles, restos de esqueleto humano,

reinos inertes duermen con la sal.

 

Volcanes que a veces se despiertan

en erupción terrible, colosal,

haciendo que lo hundido salga a flote

y que grandes islotes, regresen a su hogar.

 

Montañas, selvas, murallas, corredizos…

como las murallas de Hujing, cerca a Taiwán,

y los bellos corredizos espirales

de la Atlántida –ilustre gran ciudad-.

 

Otras civilizaciones se escondieron

entre tus aguas y cielos de coral,

Lemuria Hiperbórea, Milos… ciudad del ceño,

el continente Mu y Nan Madal.

 

Peces, miles de peces con nombres raros/

peces como el pez camarón, bailarín sincero,

hojas llevadas por el viento marinero

sincronizando danzas en el sueño.

 

Pez pipa- fumándose el silencio,

pez mariposa- limpiando sus entornos con sus besos,

peces de plata- pedacitos de luna en el siniestro,

pez orquídea- una flor con aletas en su cuerpo,

pez payaso- que al reírse se ve que esta llorando,

pez llama- que va prendido en fuego en sus escamas,

pez elefante- que habla a los demás por sus señales,

peces de arenas, peces de tierra, pez convertido en gema.

 

Tiburones que todo desmantelan,

tortugas grandes cubiertas de piedra,

esponjas que se expanden de ternura,

celenterados vivos… objetos que caminan detenidos.

 

Ruinas, amores, naufragios, protozoarios…

historias de tiempo/ sumidas en tu altar;

misterios, secretos, enigmas de esta vida/

cosas escondidas, llevas en ti mar.

 

Los cabellos de oro de alfonsina,

algún ser… que a ti quiso escapar,

son pocas las palabras y tú… tanta poesía/

para  poder decir, quien eres en verdad.

 

¡Quisiera siempre andar por este mar de ensueño!

Pedirle a tus corrientes, me vuelvan inmortal,

volverme transparente, en ti, si me es posible…

nadando en fantasía, sin miedo a transitar.

 

Nadando siempre, siempre/ con mi tierna sonrisa,

mi alma que es azul, mis ojos que son mar…

¡Oh mar, en ti profundo, por siempre sumergido!

en sueño y fantasía… por una eternidad. 

 

 

 

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