navegando voy
en el barco de tus brazos que me mesen
en el mar de tu cuerpo y me extremese
con tus ojos de luceros que me guian
y me llevan a la isla del encanto
me sumerjo en mares de ternura
y me envuelben torbellinos de locura
al oir tus dulces labios que susurran
y al sentir el fuego ardiente de tus besos
y mis manos que se aferran en tu pecho
tibio, bello, semejante al mar profundo
y mi cuerpo se confunde con el tullo
sintiendo el corazon palpitar una y mil beces
cual olas que se arrastran y me envuelben
en la bruma melodiosa de tus brazos
que acompaña el dulce canto del silencio.