Fernando Curiman

Piojo de luna

Lo último que vi nacer
Fueron las llamas gritando madera
Y entre cenizas
El aroma de un silencio
Cayendo furtivo, malicioso,
Por debajo de mi cuello
Entremezclando sangre y cólera
Tulipán y fósforos.

Violento presagio de la vida misma
Retorced los tiempos
Y el destino en vuestra cama.
En mis manos la presencia,
La ruina de mis ojos
(Equinoccio de mil andares)

Bárbaro lenguaje de los inertes
Consume mis versos cual devastadora estrella
Nacieron muertos como la vida misma
Nacieron en llamas gritando madera