JRS

El londinense

Qué altas son las sombras y qué frágil es la vida

en las pupilas de mis ojos de mí burlándose

por las llamas infernales de la puerta que grita

y me elogia con insultos pisoteándome

la mente que vendí por dientes y sangre que no es mía.

 

Derrítete, entrégate al mundo salpicándome

tu ser para que te escupa y sea tu amiga

lamiendo el suelo siempre gentil apoyándome

cuando caigo o quiero sentir la risa

de mi madre hecha de pecados suicidándose

cada día recordando que soy una mentira

que mis labios mancillados dicen masturbándose.