Tula

A mi amada de piedra (A la Catedral de Palma de Mallorca)


La luz, tímidamente

ilumina tu altura de diosa,

se acerca por los pies

a hurtadillas

como quien teme profanarte,

te muestras triunfal,

erguida, inalcanzable,

dueña de la ciudad,

guardiana inaccesible,

musa que atrapa y rinde al viajero,

al transeúnte,

al poeta.

Mi corazón será

tú amante y fiel esclavo,

divina Seu

de esta ciudad sublime.