Alvaro Maestre

Yo Que Prometí Amor

 

 

 

 

 

Yo que prometí amor

porque sentía no tenerlo,

de que fallaban en mí,

destruían mi alma

y además de difícil olvido,

eran tediosos recuerdos,

martirizantes memorias,

la vil dolencia… de un karma.

 

Yo que prometí amor;

antes, lo necesitaba,

se me hacía imprescindible,

era el corazón de mi vida,

la existencia viva, su plusvalía

fue la extensión de mi peregrinaje,

sostén en mis caídas,

de mis venas, toda sangre.

 

Yo que prometí amor,

ya, ni siquiera me hace falta;

juego con ellos como quiero,

doy palabra de futuro

y creen en mi con tal confianza

que entregan cuerpo en su prueba

de que su interior no falla.

 

Yo que prometí amor,

me siento indestructible,

gobierno los elementos,

las mentes, los corazones,

soy estratega en traiciones,

juego con los sentimientos.

 

Uno aquí, otro allá,

soy plenipotenciario;

absolutamente nada me controla,

encanto con mis palabras, mis Poemas,

convenzo con mi inteligencia;

carezco de alma, de corazón,

de sentimientos y soy Poeta

para enamorar y convencer

jurando amor eterno y con vehemencia.

 

 

Pero… Yo que prometí amor,

ciego, no veo promiscuidad,

voy de amor en amor a mis años,

no visualizo nada serio;

sigo con mis engaños a quienes

se ahogan en la soledad,

agonizan en el silencio,

son penumbra de la oscuridad

y creen en esperanzas

lejanas que quizás no alcanzarán

ni en milenios.

 

Y yo que prometí amor,

que engañé y aún engaño

para aprovecharme de placeres;

sé que no voy a morir

rodeado de miradas apreciables;

pues no actué con buen criterio.

Y sé que protagonizaré

la más triste entrada a una iglesia,

si es que me reconocen,

y de allí, la más doliente escena

de una corta despedida… en el cementerio…

 

 

Alviz Neleb

Enero 04 de 2011

9:55 a.m. - Miércoles