Nasdlo F. Real

Sabores de la vida

Siempre que quise degustar

los sabores de la vida

terminaba besando la puerta de tu casa

tenía la esperanza de que un día se abriera

y salieras tú, vestida de blanco y cremallera

que facilitara y saciara mis dudas de la vida.

Que el sabor amargo de las tragedias se perdiera

en el sabor tan dulce del beso que he deseado

para olvidar que el tiempo que habita tras la puerta

no es el mejor amigo ni mi fiel aliado

que la flor de ese momento

no cayera de mi mano izquierda

y mi corazón no entendiera que le he fallado.

Entender que las puertas no se abren si las besas

y las flores no se cierran si las tocas.

Hoy, mi esperanza desvanece sobre aquella avenida

el sabor de la cobardía mis labios ha agotado

pues el tiempo quiso que aquella puerta se abriera

cuando la miel de tu boca, en otros labios ha caducado.