ALVARO J. MARQUEZ

ALUMBRAMIENTO (mañana el final)

"Te quedas callada si te toco/ y noto en la mirada que me das,/ que las palabras dicen poco/ cuando tu silencio dice más".


Aquellos duros días de pesadilla ya pasaron,
a Elvira a algunos años presa la condenaron
aunque por los atenuantes bajaron su pena.
Sin embargo, para ella, ahora arrepentida,
tener recuerdos de tantos errores en su vida
será sin que le quepa duda, la peor condena.

Pasaron los meses y los dolores han llegado,
Laura es llevada por su padre algo apurado
como suele a veces suceder en estos casos.
Los dolores para ella son ahora muy intensos,
pero en la misma medida sus deseos inmensos
por tener a la niña que nacerá en sus brazos.

Por el camino Laura por Elvira preguntaba,
es su madre y en esos momentos la necesitaba
y su padre le dijo que le darían algún permiso,
en vista obviamente de todas las circunstancias,
aparte de que Elvira había expresado las ansias
de reivindicarse con su hija por lo que le hizo.

Ya es el momento, le piden que aguante el dolor,
ella sabe bien que debe llenarse de mucho valor,
que está viviendo un momento crucial en su vida.
Quien por meses le ha estado dando pataditas,
quien le ha brindado tantas sensaciones infinitas
está ahora en cierto modo, preparando su salida.

El llanto de la linda bebita anuncia su llegada,
Laura siente mucho alivio y está muy sudada
pero ha valido la pena vivir esa experiencia...
Escucha en aquel momento las felicitaciones
y siente que son muchas más las bendiciones
por la recién llegada y maravillosa presencia.

Cuando ya pudo Laura recibir su primera visita,
conforme le dijo su padre, Elvira llegó a la cita
con expresión de que le traía algunas sorpresas.
Con lágrimas se tomaron de las manos las dos,
por unos momentos no se escuchó ninguna voz
pero dejaron muy atrás las páginas de tristezas.

Todo era emoción en esos mágicos instantes,
ya no había en Elvira nada de lo que era antes
y hasta el médico se emocionó como un chiquillo.
“Vine a lograr - dijo Elvira - darle fin a tus miedos”
y le mostró muy sonriente en uno de sus dedos
un pequeño objeto con un muy especial brillo...

Mañana el final...