REGHINO PIGUAVE

NADA

 

Con las manos vacías

Con el cielo despejado

A campo abierto

Camino

Tropezando

A tientas

Con los párpados cerrados

Dirijo la mirada

Al horizonte

Donde danzan fantasmas

A un ritmo inexistente.

Una playa desierta,

Sin arenas,

Sin sol,

Sin estrellas de mar

como víctimas

arrojadas

por el mar embravecido.

Y la nada

Acaricia mi pecho

Y también mi bolsillo.

Me recoge en sus brazos

Y me duermo como un niño pequeño.