Geovani

Noche de románticas violetas.

Mi corazón cada noche te mira,

me llenas con tanto amor, suspira,

en torno a nosotros toda la noche gira,

idilio inmenso que en el ambiente se respira.

 

Me das con tu belleza el don de la poesía,

mientras más te amo princesa mía,

a cada momento sólo para ti vivo,

para amarte, para mirar tus ojos divinos.

 

Todo contigo se vuelve tan hermoso y tranquilo,

amándote a cada momento hasta llegar al deliquio,

naciendo de tiempo en tiempo tiernos suspiros,

en un viento tan suave y tan antiguo.

 

Siempre a mi lado mi amor infinito,

nos dirigimos a nuestro lugar favorito,

en donde ayer tiernamente en mis brazos dormías,

escuchando el oleaje lejano de la bahía.

 

Volviendo los ojos hacia ti enamorados,

hacia el lugar donde nuestro amor más se ha inclinado,

acariciando tu piel suave, tersa y fina,

en estelas donde se dibujan nuestros nombres, puntos finales que terminan.

 

Palabras que mueren al final de la colina,

ya no son necesarias ante tu presencia divina,

tomándome tu esencia en sutil desvarío,

preso en tu corazón, a tu libre albedrío.

 

Arrebatado a tus bellos pensamientos,

a tu amor, a todo lo que por ti siento,

en una alegre noche oscura de primavera,

entre rosas y flores, pastos de la pradera.

 

La noche a nosotros se encuentra reducida,

a tu belleza, a toda nuestra vida,

a la rosada y fulgurante aurora,

en el cielo aparecida, encontrada a deshora.

 

Escuchando tu risa hermosa,

sonidos únicos de una diosa,

junto a las orquídeas entre brisa armoniosa,

tomándote en mis brazos, suavemente, eres tierna mariposa.

 

Regresando como cada noche las estrellas,

noche oscura y romántica entre las violetas,

todo alrededor de nosotros se vuelve ausencia,

nos acompaña la blanca y nebulosa niebla.

 

“La noche como una bella rosa se abre, sólo para nosotros, para nuestro romántico desenlace, en nuestra alcoba dentro del hogar alpino, a tus besos y caricias declino, puedes estar segura que nadie más que yo te ama y te quiere, con un amor más cristalino y puro que el agua de la fuente, con un amor eterno, infinito y cada noche evocado, cuando estamos juntos en nuestra alcoba abrazados.”