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Telefono

Me mira el teléfono de reojo, socarrón, sabe de mi necesidad !. Pero no le doy gusto, sigo a pie firme con mi (tú) decisión. Me aviento desesperado al sillón para perderlo de vista tratando de olvidar la constante idea que gotea en mi cabeza. No busco tú número porque lo sé de memoria y en cada uno de los canales del cable que voy cambiando intento confundirme y olvidarlo. Estas horas pasan lentas como zombi deambulando de la sala al comedor del departamento. Decido llamarte. Ya amarte?, si ya lo hice y te perdí. Cancelo la llamada y el sonido del teléfono suena ahora, a una interminable risa en tono de la, que efectivamente se está burlando de mí.