Andrés Mª

DE REGRESO -DIÁLOGOS CONMIGO MISMO-

El Amor es la liturgia

del mundo del sentimiento

y en su altar siempre me ofrezco

y me inmolo con dulzura.

Visto ropajes sencillos,

sin casullas ni ornamentos,

que impidan que ese momento

cristalice con ternura.

Voy encendiendo las velas

con la luz de mis deseos,

y voy prendiendo el incienso,

que perfumará mi ofrenda.

Sacerdote del Amor,

Poeta del mismo nombre,

tan sólo tú eres un hombre,

doctorado en la ilusión.

¿Tú no sabes lo que quieres?

¿O es que no sabes darte?

¿Para quién quieres guardarte,

tan rodeado de fieles?

Yo sólo quiero entregarme

cuando yo esté convencido

de que ese Amor es el mismo

que respete mis solares.

El Amor no exige nada:

es una entrega total,

es un respeto leal

del alma que te acompaña.

Y cuando llegue el momento

me sentiré preparado,

como fiel enamorado,

que comparte sus secretos.

Voy construyendo el altar

en la ermita de mis sueños,

donde yo pongo el empeño

para al fin poderme dar.

 

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