Cubanito

Diez años viviendo en las calles


El no leía ni una estrofa,

Siquiera un verso,

Había olvidado canciones.  

De lo que era su cara,  

Solo quedaban historias,

De una barba tupida a una perilla rala.  

No recordaba sonreír,

Nada importaba,

No trasmitir sonrisas ni alegrar mañanas.  

Olores había apostado a perder,

y ganaba aromas en las calles frías,

Que unían los arrabales con residenciales vías.    

Lo había dejado todo,

Encontrándose a si mismo,

Perdido en un mar sin nadie siendo amigo de si mismo.  

Aun así perfumó su día con alcoholes baratos,

Y me tendió su mano como hace diez años,

Con la sinceridad de ser lo único que tiene para brindar aun.  

Y recordó mi nombre que hacia mil años no pronunciaba,

Comentándome que brindó por mi salud el día de mi santo.