RICARDO ALVAREZ

DIOSA ANASUS

 

 

Sé que lloran tus lagrimas de párpados

por antiguos nombres de secuestros,

pero hoy retornaron a nuestros silos de gramas

las derruidas pieles de oscuros ancestros/

 

Entre tu y yo, amada,

se extendieron

nuevas alas de plumaje ardiente.

Lo supe cuando en tu reclinado vientre

fui soltando besos en tus poros de vértigo

y en los piélagos en crecimientos

íbamos juntos a las copas del agua batiente,

en las alas inmóviles de un reloj sin tiempo/

Unidos en uno ascendimos farolas latientes

iluminando oscuras sombras traidoras

de los labios del crepúsculo a las bocas de la aurora/

 

 

 

 

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