Ramón Bonachí

MI QUERIDA , INES


Son las diez de la mañana,
Inés se levanta con ilusión,
por fin llegó el día de su boda,
el dueño de su corazón
prometió venir a buscarla,
vendrá con veinte rosas rojas
y el anillo de compromiso.

En el comedor, un reloj de pared
grita con insistencia,
se oye el sonido del gong
advirtiendo que son las doce,
debo vestirme ya, él pronto llegará
comenta la afortunada,
se dirige al armario, saca con sumo cuidado
un vestido blanco, con larga cola
llena de encanto.

Se arregla, se pinta, se viste para la ocasión,
ya sólo falta el novio, el dueño de su corazón.
Asomada a la ventana
vestida del color del Sol, espera,
está radiante con su color blanco,
pero pasan las horas
y solo se acerca a su balcón,
un pequeño gorrión.

En la cara de Inés, asoma una sonrisa
ya sabe que su dueño, nunca tiene prisa ,
se pasea por el balcón, vestida de boda,
siendo comentario
de algún vecino que la mira ,
ella mira impasible y murmura ,
cuando llegue Ramón ,
se acabará la comedia
de vuestra absurda canción ,
todos vuestros comentarios
después , quedarán mudos, olvidados.

Pero las horas pasan, el novio no llega.
Inés, ve llegar a su ventana el ocaso,
y decide entrar en casa,
mirando de reojo el reloj comenta,
puesto que llegará tarde ,
quizás quiera cenar
antes de ir a la iglesia.

Con su vestido de princesa,
y un cuidado exagerado, Inés pone la mesa,
pone dos velas ,que junto a su figura
hacen el lugar más romántico,
pero el tiempo sigue pasando
el reloj vuelve a pedir atención,
con el vaivén del tic tac
y el sonido de su gong
grita doce veces el muy pesado,
Inés con cara de pena ve
como sus velas se han apagado.

Quizás me equivoqué
seguro que es mañana ,el gran día,
entonces salen de su boca ,unas palabras
lamentando su equivocación,
la ilusión de mi boda , engañó mi memoria,
tras la decepción, Inés decide
poner su vestido en el armario ,
lo cuelga y lo aísla, de cualquier arruga,
porque tiene que estar, listo para mañana ,
antes de irse a dormir, vuelve a mirar el reloj,
no sabe porqué pero lo odia ,

Son las dos de la madrugada ,
se asoma a la ventana ,por última vez ,
parece ser que la luna
es la única que llegará hoy ,
porque Ramón cuando se acercaba
en un buen día de Agosto,
con la ilusión, de un joven amante,
un ramo de veinte rosas rojas
y un anillo de boda con un brillante ,
cruzo la calle, y no se dió cuenta
que la muerte estaba a su lado.

La desgracia se cebó en aquel barrio,
hace de eso ,cuarenta años ,
un amor se volvió loco, se llenó de pena ,
desde entonces ,una mujer enamorada
sigue esperando ,un amor que no llega,
Inés sigue cada día
vistiéndose de blanco,
esperando a su Ramón ,cada día del año,
se acuesta y se levanta con su dolor
así es como vive mi querida Inés ,
convertida ahora, en una vieja loca,
loca de amor.