Kabalcanty

VIAJE DE IDA

 

VIAJE DE IDA

 

 

 

 

En una gorgorita de lluvia,

traficada por vientos propicios,

bogando por el descuido

que me deja sin parpadeo

y, mudo, me ladea el lienzo

que colgué con pulpa de amores.

Aferrado a unas caderas,

sin ansiedad de cópula,

me musita Benedetti, lento,

me advierte Pavese, abatido,

me encumbra Pachelbel, seductor.

Una más, y todas las cosas

cabrán en el cuenco táctil

como si toda importancia sabida

no fuera ni acaso un soplo.

El sufrimiento de la nada,

a diez palmos de altura,

no se ve, sino barro ideal

para amasar infértiles páramos.

Importa vivir, de verdad,

rociado por el amasijo asfixiante

que tornee para clausurarme

en aquello más distanciado

de mi pobre osamenta carnosa.