ivan rueda

ESCRIBO

 

Escribo de espaldas,

de perfil, de tacón,

de pie y de tutiplé.

Escribo a medias,

entero, a trizas,

curvado, a lo bola,

comiendo palomitas,

en las paredes,

en papel mojado,

en la luna de Valencia,

en Taklamakán,

a la una, las dos en Canarias,

en la no hay dos sin tres,

en las estaciones del tren,

en el inodoro de un juzgado,

en la sombra y en la piel.

Escribo en rigor mortis

con la punta del zapato,

sereno, bebido o fumado,

escribo a muerte

por la vida,

la justicia,

el amor,

la paz sin coz,

sin pedegree o sangre azul,

rojo como los tomates,

clavado a la vida,

sin galones ni medallas,

sin aditivos ni colorantes,

a lo crudamente humano,

escarbado hasta la médula,

metalúrgico del hombre

en su fábrica de sueños.

Escribo sin frenos,

sin riendas,

sin airbag,

sin dirección asistida,

a lo bonzo y a lo diente.

Escribo al suicida,

al muerto de hambre,

al vivo de envidia,

al muerto de miedo,

al triste de alma,

al falto de aliento,

al obrero y su sudor,

al loco y su escarnio,

al mendrugo y su mendigo,

al marica y su chapero,

al chute y su vena,

¡ qú pena, penita, pena !

a la puta y su esquina

y su dolor sin aspirina,

a las alas sin su ángel,

al pájaro no a su jaula,

a la noche y su murciélago,

al mar y sus ahogados,

al que huye mundo arriba,

al que corre cielo abajo.

También escribo a la contra,

con la guardia bien subida,

a la espera de soltar

mi gancho de clavel

o mi crochet de gardenia:

contra muros,

contra rejas,

contra duros y sus guerras,

contra la rima de la bala

con su víctima indefensa,

contra ricos de postín

y el pastel de su fiesta,

contra el credo de unos cuantos,

contra el Dios de los de siempre,

contra el Imperio y su César.

Escribo para crearme y creerte,

para soñar tus sueños

y para que sueñes los míos,

para abrirme en canal

y desangrarme en mis versos,

para arrancarme un poco de soledad

y para espantar mi silencio.

Escribo, escribo, escribo,

como lloro,

como canto,

como amo,

como vivo,

como vivo eso sí,

y en esto no admito

ni críticas ni críticos,

siempre y en sentido estricto:

A MI MANERA.