"Mujer de rasgos bellos en verdad,/ sol que alumbra mis días,/ dueña como nadie de mi realidad,/ ama y señora de mis fantasías".
Este juego virtual hoy me está envolviendo,
ella allá en nuestra cama estará durmiendo
y yo pendiente de lo que tú y yo nos decimos,
de las cosas que aún no nos hemos confesado,
de los besos que te di, de los que me has dado,
del sexo virtual que hace muy poco tuvimos.
Esperé a que ella por fin se quedara dormida
y te busqué como alguien que busca la vida
aunque estabas sólo allí... en el computador.
Aunque sea por una escasa y miserable hora,
sé que no te iba a importar sentirte pecadora
ni a mí tampoco, para nada, sentirme pecador.
Yo por aquí escribiendo, en mi mano una copa,
tú tal vez allá quitándote excitada toda la ropa
y esperando con ansias esta noche qué te digo.
Hay unas cosas que sin duda tienen su encanto,
yo en realidad no sé por qué me emocionan tanto
estos minutos tan especiales que paso contigo.
Pero lo cierto es que no puedo prescindir de ellos,
porque son románticos, sensuales, son muy bellos
y ahora un sentimiento ya comienza a aparecer...
Es irónico que en algo tan simple como chatear,
yo en cualquier momento vaya a tener que confesar
que sin darme cuenta, te estoy empezando a querer.
Ella sigue durmiendo confiada en mí allá adentro,
me hace sentir muchísima culpa este encuentro
porque sé que lo que hago tiene olor a traición...
Pero es que en tantas cosas que me ha tocado vivir,
no he aprendido todavía cómo poder contradecir
las órdenes de buscarte que me dicta el corazón.
Tengo miedo de este envolvente y prohibido juego,
pues sé que si no es ahora, seguramente será luego
que las consecuencias de esto saldrán a relucir...
y tú y yo como sea, seguro vamos a encontrarnos
con unos besos que jamás hemos debido darnos
y algún te amo que ninguno de los dos debió decir.