Dulcepena

¡Señorita!

Mi respiración se agita tan rápido!
casi es inmediata la reacción al pensar en usted,
!por Dios es que es dueña de mi ser!,
haces tuyos mis pensamientos mujer!

Ya muren mis labios de tanta sed,
sé que sólo los de usted me pueden abastecer.

Señorita: es usted causante de erizar esta piel,
las yemas de mis dedos arden por tocarla solo a usted,
y mis ojos pizpiretas, por desnudarla a simple vista.

Serán delito mis versos,
pero me disculpo con un beso.

Tal vez mis palabras suenen atrevidas,
o quizás son un poco mal entendidas,
pero no dude que por usted,
mis locuras son vendidas.

 

 

por: Ale Ochoa.