marcquez

Soneto 9

Debajo de tus manos me desboco

al tórrido compás de tu cadencia

y todos mis sentidos, mi existencia,

se vuelcan en las partes que te toco.

 

Debajo de tu piel, respiro un poco

y dictan tus caderas la sentencia,

olvido en tus vaivenes la conciencia

y soy al mismo tiempo un rey que un loco.


Yo soy la ambigüedad de tu persona:

La firme base a tu humedad caliente

y el lienzo en blanco a tu final terneza;


tú, tú eres la verdad que no perdona,

la tiba brisa que mi cuerpo siente,

hasta que el auge de tu sed regresa.

 

Marco Quezada