LEONARDO HENRRICY

A UNA ROSA EN EL JARDIN

 

 

 

ROSA...

Tu... de todas las flores

la más dulce y amorosa.

Ven endulza toda mi alma

que de padecere llora.

 

Bañame en el rocio

que tu tierna tez aloja.

Limpia la negra congoja

que a mi corazón azota.

 

Congojas de negros velos

de mil espinas venenosas

De traición y cruel desvelo.

Pántano de piel leprosa.

 

Donde no hay un alivio

para mi pena de ahora.

Donde no hay jardín florido

en que se encuentre una rosa.

 

Rosa que mitigare

esta herida dolorosa.

Con solo ver su belleza

con solo tener su aroma.

 

Por eso rosa...

quiero pedirte de alma

de corazón en la boca

que me des si quieres darme

la paz que mi pecho fiel añora.

 

Dame tu tenue perfume

y con el, dame la gloria.

Pues gloria es para el que sufre

el perfume de una rosa.

 

Viéndote en el jardin

siento tu humildad piadosa.

!Cuan quisiera para mi

tener tal virtud de roca!

 

Que sé bien será el escudo

contra esta pena que ahoga.

Bálsamo que en tu mundo

inmuniza y da victoria.

 

Quiero tu frágil ternura

tu ser y tu faz hermosa.

Que convierta mi amargura

solo en capullo de rosa.

 

LEO HENRY