JUSTO ALDÚ

NADA DE MAÑANAS

Nada de mañanas habrá cuando me levante.

Ni larguísimos elogios, ni oprobios vacilantes

Brillará el sol, hijo del tiempo.

Ni visiones, ni alabanzas

solo hombres que trabajan,

que comen y leen,

que procrean y son libres.

 

Muchos  se acuestan

y se levantan con las manos vacías

y solo se les recuerda el día de los difuntos.

Dejaré constancia en ésta vida

y en aquella venidera.

Sembraré,

cosecharé,

construiré

para luego ir donde nuestros dioses

pusieron la lluvia y mojaron el surco.

Sin fracturas, sin remiendos

y  sobre todo, sin justificaciones.

 

Terminaré mi camino

con las torturas,

como un espejismo sin  refractar la vida

 

 …Una mañana triste, una mañana seca,

Con ojos  llenos de lágrimas de impotencia…

Con dolores detonando debajo de las manos,

tal vez sea el recuento de los nombres más largos

y  los días más pesados.