elio alves

Natural

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cuando la confusión, llego...

por la vista,

y se encamino en el hilo

de nervios de plata, que cual si fuesen cables,

transmitieron tu sed, inmovilizaron mi sien, y nublaron mis ojos,

por más que estoy fingiendo,

no escucho más que mis propias circunstancias en mi espacio,

recuerdos de viejos grillos que ya consumió la tierra,

palabras, rostros y canciones que nunca fueron alimento preferido de la polilla del olvido.

 

Tú me hablas, y con gran dificultad logro opinar

por que escucho otras frases tuyas, como ecos ecualizados

que me dicen susurrando lo que yo espero escuchar,

embrujados, mágicos o encantados, pero que alzan una guía

estelar y nebulosa sin aroma, solo dulce, que me toma de

mi ausencia de cabello,

y me ahogo de inmediato en las sombras de una lluvia

muy obscura y a la vez brillante, que tiene como origen

una cicatriz en su parte más frontal,

que no es más que una imagen cítrica y pura...

 

¡ho!

¿Tentación al inocente?

 

 

sonrío nuevamente al ver un mapa del mismo firmamento...tu mejía,

que explore sin darme cuenta muchas veces con mi regulación visual

tan así al detalle...que su creador jamás supo de mí.

 

también lejos de los estallidos de circuitos

que casualmente provocan los conductos de mis nervios

me convertí en rostros distintos...como dándote a escoger.

 

Así muy natural, valiente y desafiante muriendo de sueño,

me desvela tu brillo diurno con intensidad de sol menguante.

 

Luego de un largo hechizo, su esencia se va,

anunciando el inicio de la cultura universal;

dormir.