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LA MIRADA DEL ALMA

LA MIRADA DEL ALMA

Faltan pocos días

Quizá solo horas

Para quedar esperando durante largos años

Con inevitable desasosiego en mi alma.

En las manos del destino

Y de sus tenues e irreversibles decisiones

Esta nuestro futuro

Nuestras ganas de luchar.

Pensando en ti pasan las horas la vida, los segundos

Con el intrépido color oscuro de las tinieblas en la noche

La oscuridad

Con el vagar de tu rostro en mi mente.

En aquel día

Tan solo unas horas antes del presente

Aquí estabas

Dándome tu aliento y fortaleza

Tu motivación inmarcesible  en mí

Aun así, en un soplo repentino, pero ya conocido

El deseo de estar siempre juntos

Se acerca al imposible

Llevando consigo las ganas de luchar y la esperanza

Que como árbol se había plantado en mi deseo de seguir.

La indeleble marca que ha quedado dentro de un corazón

Con la mirada perdida en el incierto pasado

Perdida en el terso mar de la tranquilidad

Agotada por el golpear de las olas

Con una suave,

Pero fuerte dilatación de la esperanza

Es intachable

Imposible de borrar.

Una, ligera pero penetrante mirada

La causa de un insensato sentimiento

Inmaduro

No verdadero, algo platónico.

Siguiendo el recuerdo de tus coloridos ojos

Tu hermosa mirada

Recorriendo mi vida

Opaca,

Sin una sola gota de emoción.

Llego a la tranquilidad de los recuerdos

Sumergiéndome en las caricias de los besos

Y el rosar de la piel.

Solo la soledad a mi lado

El olor de tu perfume en le ligero ambiente

´paseando suave y lentamente por mi olfato

Llegando a tocar mi alma si precaución alguna

Quedando atado

Tanto en el pasar de mis días

Como en la melodía del aire.

Ahora

Desearía

Haber nacido siego

Nunca haberte visto o escuchado

Nunca haber olido la fragancia de tu piel

Quizá de esta manera

Hoy no estuvieras caminando a paso lento por todo el amar de mi alma.

Aun logro ver entre mis recuerdos

Nuestra última y excitante mirada.

Con pulsos normales late mi corazón

Al saber que dentro de poco todo cambiara

Un giro inesperado y aun deseado nos dará el destino.

¿Qué pasara?

No lo sé,

Solo Dios se encarga de nuestras decisiones

Nosotros, como todo buen hijo,

Aceptamos los deseos de nuestro padre

Agradeciendo por el bien que nos hace.

Tu mirada

Tan ligera y corta mirada

Tan pocas fueron

Pero aun así, las recuerdo con tanta claridad y dulzura

Con tanta fluidez

Como si hubiera sido hace pocos segundos,

Mi corazón late con la misma impaciencia

Haciendo que la sangre corra por mi cuerpo a inmedible velocidad.

En las manos de Dios todo los dejo.

Para siempre

Hasta nunca

Estarás ocupando tu lugar en los que hago y deseo

sin importar la indeterminada ausencia